sábado, 29 de agosto de 2009

B109 MI 07 Bibliografía en Guatemala

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA
B109 INTRODUCCIÓN A LA BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES
SEGUNDO SEMESTRE 2009
LICDA. DORA CRISTINA GODOY LÓPEZ

MÓDULO INSTRUCCIONAL No.7
Bibliografía en Guatemala
(Vela, David. Presidente del Comité Ejecutivo)


OBJETIVOS:

Durante el desarrollo del Módulo, el estudiante:

1. Conoce la historia de la Bibliografía en Guatemala
2. Menciona a los bibliógrafos destacados de la época
Bibliografía Nacional de Guatemala, Breve historia (Tricentenario de la introducción de la Imprenta en Centroamérica)
Por acuerdo presidencial, emitido en Consejo de Ministros a 19 de enero de 1960, se declaró el "año del Tricentenario de la Imprenta en “Centro América", comisionando al Ministerio de Gobernación elaborar un programa, de carácter centro americanista, "digno del acontecimiento que se conmemora y que, al mismo tiempo, constituya un homenaje de la Patria hacia los grandes hombres de nuestra historia que hicieron de la imprenta un timbre permanente de honor nacional, dignificación y adelanto".

Un mes más tarde, el Ministerio de Gobernación nombró un Comité Central en Guatemala, formado por representantes de instituciones y aso­ciaciones culturales y de intelectuales distinguidos, acordando que en la misma forma se constituirían en los demás países de Centro América los comités correspondientes, debiendo integrarse "las comisiones que se en­cargarán de elaborar el programa de festejos y de llevar a la práctica los actos que se acuerden para el Tricentenario de la Imprenta en Centro América". Del seno del Comité Central surgió por elección el Comité Ejecutivo, a saber: David Vela, presidente; J. Joaquín Pardo, secretario; Rigoberto Bran Azmitia, tesorero; A. Jesús Benavente v. de Roldan, Nicolás Reyes Ovalle y León Bilak, vocales.

Recordamos con satisfacción la solidaridad y cooperación de todos los sectores sociales y el interés del público por dichos festejos, inclu­yendo la colocación de placas conmemorativas en todas las casas donde funcionaron las imprentas en la época colonial, exaltando en cada sitio a los pioneros del arte tipográfico y de la actividad editorial en Centro América, y participando los obreros de las actuales imprentas en una simbólica carrera de postas que condujo por las calles de Antigua y de la capital, pasando por Mixco y recorriendo la carretera de Sacatepéquez, la "llama del pensamiento", como una luz que ilumina la tra­dición cultural de la gran nación istmeña.

Se adquirió, para la Nación, la parte seccionada antes de la casa en que estuvo la primera imprenta de Joseph de Pineda Ibarra, en la plaza mayor de Antigua, la cual devino en propiedad particular y fue recuperada para completar algún día la restauración de ese noble edificio, donde a la fecha se halla instalado el Museo del Libro Antiguo, celosamente guardado y constantemente enriquecido por la generosidad de los guatemaltecos y de varios contribuyentes extranjeros. Un semi­nario centroamericano, varias mesas redondas y diversos programas de difusión cultural se realizaron con buen éxito también.

Sin embargo, la iniciativa principal y el trabajo en que iba a con­centrar su esfuerzo el Comité Central y su gestión el Comité Ejecutivo, fue la formación y edición de la Bibliografía Guatemalteca, comprensiva de todos los impresos nacionales, de 1660 a 1960, que representan o denotan la ancha tradición intelectual del país, el desarrollo de nuestras artes gráficas y el empeño de autores y editores a lo largo de tres siglos; quizá el mejor homenaje que podía rendírseles y sin duda cons­tructiva forma de celebrar esa gran efemérides cultural.

La bibliografía tiene fecunda tradición en Guatemala; el puntual atisbo, 1690 de nuestro primer historiador, don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, quien enumera y transcribe parcialmente los manus­critos indígenas, y manifiesta extraordinaria erudición en las citas de sus Preceptos Historiales; el recuento del padre Juan de Cartagena, 1717: "La Santa Iglesia de Guatemala, madre amantísima de hijos ilustrísimos", lista de escritores publicada en México; el Catálogo y noticia de los escritores del Orden de San Francisco de la Provincia de Guatemala, 1747, por fray Antonio Arochena, quien clasificó: a) escritores en Latín; b) escritores en castellano; y c) escritores en lenguas de indios; las noticias biográficas de Juan José de Qguiera y Eguren, cuya primera parte se publicó como Biblioteca Mexicana, 1775, y dos tomos, también en latín, todavía inéditos en la Colección "Jenaro García" de la Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin; la compilación del doctor José Maria­no Beristain y Souza, 1816-20, "Biblioteca Hispano Americana Septen­trional o Catálogo y noticias de los literatos, etc." de cuya lista se sacó la de los escritores guatemaltecos que publicó José Milla y Vidaurre en su periódico La Semana 1865-71, y el doctor Ramón A. Salazar en su Historia del desenvolvimiento intelectual de Guatemala, 1897; revisada y anotada por José Fernando Ramírez 1898, como Suplemento o Adición a Beristain; en fin, inserta en los Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, 1927-28.

Cabría mencionar otros trabajos bibliográficos, parciales o especiali­zados, como la Biblioteca Mexicano-Guatemalteca, de Carlos Esteban Brasseur de Bourbourg (1814-1874); del padre Martín Mérida, Origen de la Imprenta en Guatemala; de los licenciados Antonio Batres Jáuregui y Virgilio Rodríguez Beteta, de José Luis Reyes y, finalmente, del licen­ciado J. Antonio Villacorta C., Bibliografía Guatemalteca, que reúne los catálogos de las exposiciones bibliográficas realizadas aquí en los años de 1939, 1940, 1941 y 1942.

Curioso sería que dos bibliógrafos chilenos hayan inaugurado en Guatemala lo que llamaríamos la moderna bibliografía, de no haber antecedido un convenio de intercambio y cooperación intelectual entre Chile y nuestro país, incluyendo el canje de impresos de todos los tiempos, enriqueciéndose la Biblioteca de Santiago de Chile, con raras ediciones guatemaltecas, lo cual sin duda incitó a don Juan Enrique O'Ryan a venir a Guatemala a completar su investigación, para editar en 1897, en la Imprenta Elzaviriana, su Bibliografía Guatemalteca de los siglos XVII y XVIII, obra de reducido tiraje y por lo mismo escasísima. Poseía yo una copia microfílmica que hice sacar en la Biblioteca Pública de Nueva York, la cual con la ayuda económica de la Secretaría de Información de la Presidencia de la República, entonces a cargo del licenciado Virgilio Rodríguez Beteta, fue copiada a máquina e impresa, página por página y línea por línea, en forma que reproduce fielmente la composición tipográfica original, sin recurrir al facsímil; vio la luz el 16 de julio de 1961, como primer tomo y primer volumen.

En dos volúmenes, el tomo segundo recogió la obra del otro chileno, José Toribio Medina, intitulada "La Imprenta en Guatemala", impresa en­casa del autor, Santiago de Chile, en 1910 comprendiendo nuestras publi­caciones de 1660 a 1821. Fue el Reino de Guatemala la tercera provincia española de ultramar que recibió el beneficio de la imprenta —después de la Nueva España, 1539, y de Perú, 1580, que produjeron los llamados "incunables americanos"— el 16 de julio de 1660 y, tanto durante la época colonial como en el período republicano, nuestra actividad editorial es valiosa, cuantitativa y cualitativamente, con otra creativa y de difu­sión, que tempranamente nos hace aparecer —según Medina— "como un centro de cultura intelectual y artística infinitamente superior al de otros más poblados y más ricos de los dominios españoles de América", A la obra de Medina se le hicieron leves correcciones pertinentes y adi­ciones de los bibliógrafos Gilberto Valenzuela y Arturo Taracena Flores, más cuatro fichas aportadas por la Biblioteca Nacional de Guatemala.

Los tomos III, IV y V, fueron compuestos por nuestro insigne bibliógrafo Gilberto Valenzuela —padre—, de los cuales solo se había publicado el primero; para reproducirlo con adiciones y correcciones y editar los dos volúmenes inéditos, el Comité Central compró los derechos de autor a los herederos —por la suma de Q5000— trabajando en la revisión el bibliógrafo Gilberto Valenzuela Reyna; comprenden el lapso editorial de 1821 a 1860.

Los tomos subsiguientes, del VI al X, fueron compuestos por el biblió­grafo Gilberto Valenzuela Reyna, a quien la gran escuela y alto prestigio de su padre ayudaron y estimularon para satisfacer con paciencia y talento su vocación bibliográfica, cuya misma modestia en el campo de las letras es índice de generosidad, por como salva del olvido y exalta la obra de otros, aparte de ofrecer en forma ordenada y en puntual referencia la información indispensable a los estudiosos para orientarse en el laberinto de la producción intelectual que acumulan los siglos.

Sin duda habrá algunas omisiones y errores, inevitables en cualquier obra humana, pero no son muchos ni muy graves, en forma que puede darse entero crédito a las fichas bibliográficas y a los datos biográficos incluidos en la colección Bibliografía Guatemalteca; y ruego excusar una referencia personal a ese propósito, para rectificar una alusión —Tomo IX, página 103— a saber: "Ha figurado en el campo de la política como diputado en varias Asambleas y Consejero de Estado"; en verdad, al margen de la política militante, tomé parte en la redacción de las cartas constitutivas de 1945 y de 1956, como miembro de las Comi­siones, de 15 y de 17, respectivamente, y en las Asambleas Constituyentes de esos años, nunca he sido diputado al Congreso ni Consejero Oficial y menos Consejero de Estado; quizá el equívoco vino de haber pertene­cido al Consejo de Belice adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores y pertenecer a la Comisión Nacional de Belice —como se llama ahora—, en ambos casos ad honorem.

También se editaron, dentro de la serie del III Centenario de la Introducción de la Imprenta en Centro América, dos obras de José Luis Reyes M., a quien se pagaron sus derechos de autor y se entregaron también 500 ejemplares de cada uno de esos libros: Acotaciones para la Historia de un Libro. El Puntero Apuntado con Apuntes Breves. Edito­rial "José de Pineda Ibarra", 1960, que esclarece con pruebas y argumentos suficientes la verdadera datación de ese curioso ensayo del franciscano Juan de Dios del Cid, dilucidando un problema bibliográfico irresoluto durante casi un siglo y cerrando la última polémica que había suscitado. El otro es una Bibliografía de los Estudios Geográficos de la República de Guatemala, desde 1574 hasta nuestros días, 1960.

Durante el mes del Tricentenario —julio de 1960— se publicaron tres ensayos bajo el patrocinio de la Biblioteca Nacional; dos del licenciado David Vela: La Imprenta en Guatemala y la Tomasiada de Diego Sáenz de Ovecuri, el mayor alarde retórico en América; y una de María Alber­tina Calvez. Síntesis Bio-bibliográfica de don José Toribio Medina y su Historia de la Imprenta en Guatemala. La prensa —a la que debemos reconocer una activa y valiosa colaboración— publicó muchos artículos, estudios e informaciones; en escuelas y colegios se hizo amplia divul­gación de la efemérides y se organizaron concursos; otros centros cultu­rales cooperaron en el mismo sentido.

Con este tomo X, culmina y concluye la actividad del Comité Ejecu­tivo, que se disuelve con la satisfacción de haber llenado en la medida de sus posibilidades el cometido que oficialmente se le confió, que incluía asimismo la distribución de las obras editadas, que han ido a bibliotecas, universidades y centros culturales —en menor número a bibliógrafos prestigiados—, o sea, se aseguró el aprecio y conservación de la serie Biblioteca Guatemalteca, como conviene para obra tan costosa, pero garantizando a la vez, su difusión entre los círculos intelectuales.

Rendimos homenaje a la memoria de don Gilberto Valenzuela, quien dedicó casi toda su vida a recolectar, ordenar, analizar y anotar los impresos centroamericanos y guatemaltecos, con acuciosa investigación e intachable honestidad intelectual; y felicitamos sinceramente a don Gilberto Valenzuela Reyna por su benedictina labor de compilación, verificación y anotaciones, al continuar los trabajos bibliográficos de su padre y rendir inestimable servicio a la cultura nacional.

En cuanto a mí, debo declarar que la tarea fue facilitada por compa­ñeros tan cordiales, responsables y entusiastas; lamentando la pérdida de Nicolás Reyes Ovalle, quien contribuyó con gran devoción y su reco­nocida capacidad de tipógrafo y experiencia de editor, en lo personal y como director de la Tipografía Nacional; de la misma manera lo hizo la señora Benavente viuda de Roldan, como jefa de los talleres del Minis­terio de Educación y de la editorial "José de Pineda Ibarra". No necesita­mos decir que los integrantes de los comités, Central y Ejecutivo, traba­jamos ad honorem.
ACTIVIDADES:
Para el 1 de septiembre
- Hacer conocimiento la información del Módulo.
- Preparar tres preguntas para discusión grupal, relacionadas con el contenido del mismo.
- Participar activamente en la discusión de la temática propuesta.
Para el 4 de septiembre
- Subrayar los párrafos destacados del Módulo.
- Elaborar el cuestionario adjunto y un resumen indicativo.
NOTA: Con base en el libro Importancia de las citas textuales y la bibliografía en la investigación universitaria:.. Elabora la bibliografía del artículo.


CUESTIONARIO

¿Qué se declaró el 19 de enero de 1960?
¿Qué personalidades integraban el Comité Ejecutivo?
¿Qué actividades se realizaron para dichos festejos?
¿Quiénes participaron en dicha celebración?
¿Qué propiedad se adquirió para la nación y que institución es en la actualidad?
¿En qué se concentró el esfuerzo del Comité Central?
Mencione los autores que hicieron fecunda la bibliografía en Guatemala
Mencione otros trabajos bibliográficos que destacaron.
¿Qué nacionalidad tenían los bibliógrafos que inauguraron la bibliografía moderna en Guatemala?
¿Qué biblioteca se enriqueció con las ediciones raras guatemaltecas?
¿Quién editó en 1897 la bibliografía guatemalteca de los siglos XVII y XVIII?
¿Quién es el autor de la obra La Imprenta en Guatemala?
¿Qué provincias recibieron el beneficio de la imprenta y produjeron los incunables americanos?
¿Cuál fue la labor como bibliógrafo de Gilberto Valenzuela?
¿Cuál fue la labor del bibliógrafo Gilberto Valenzuela Reyna?
¿Qué obras se editaron dentro de la serie del III Centenario de la Introducción de la Imprenta en Centro América?
¿Qué ensayos se publicaron durante el Tricentenario –julio de 1960-?
¿A qué personajes se les rindió homenaje en esa oportunidad?


B151.1 MI 05 Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas 2001

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA
B151.1 BIBLIOTECA Y SOCIEDAD
SEGUNDO SEMESTRE 2009
LICDA. DORA CRISTINA GODOY LÓPEZ


MÓDULO INSTRUCCIONAL No. 5
Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de
bibliotecas públicas 2001
http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001246/124654S.pdf
28 de agosto de 2009

OBJETIVOS:

Durante el desarrollo del Módulo, el estudiante:

Conoce las Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas 2001, el Manifiesto IFLA/UNESCO en favor de las bibliotecas públicas y la Ley de bibliotecas de Finlandia (904/1998)
Aprende la importancia de los documentos y los explica con propiedad

ACTIVIDADES

Para el 3 de septiembre
- Hacer conocimiento la información del Módulo.
- Preparar tres preguntas para discusión grupal, relacionadas con el contenido del mismo.
- Participar activamente en la discusión de la temática propuesta.
-
Para el 4 de septiembre
- Subrayar los párrafos destacados del Módulo.
- Elaborar un resumen informativo de los tres primeros capítulos y de los Apéndices 1 y 2.

NOTA: Con base en el libro Importancia de las citas textuales y la bibliografía en la investigación universitaria:.. Elabore la bibliografía del documento.

CÓMO SE HACE UN RESUMEN

Teniendo en cuenta que el resumen es una actividad textual que consiste fundamentalmente en elaborar un nuevo texto reduciendo a lo esencial el contenido de otro, pero sin añadir información que no conste en ese texto de partida y sin emitir juicios personales, su corrección debe acomodarse a los siguientes criterios:

Que sea fiel al texto original.
Que recoja con objetividad sólo los contenidos principales del texto de partida.
Que no incluya información que no conste en el texto original.
Que no incluya valoraciones ni juicios personales.
Que sea proporcional. Se recomienda que en ningún caso la extensión del resumen sobrepase un tercio del texto propuesto.
Que no repita literalmente secuencias y enunciados completos del original, razón por la que no es recomendable el uso de muletillas como El autor dice..., El texto trata de..., etc.
Que se redacte de una forma personal.
Que sea un nuevo texto con las propiedades de la coherencia, la cohesión y la corrección.
El resumen informativo contiene de manera generalizada todos los enunciados importantes del documento primario, incluyendo el material que lo ilustra, los datos relativos a los métodos de investigación, los porcentajes, el empleo de equipos y la esfera de aplicación. Se dice que la información que brinda es proporcional al tipo y al estilo del documento base y que su extensión puede oscilar entre las 100 y las 200 palabras.20,21 El resumen informativo es muy apropiado para los artículos originales, dada su peculiaridad de sintetizar cada uno de los principales aspectos tratados en sus textos.

jueves, 27 de agosto de 2009

M05 B109 Bibliotecología: ciencia, técnica y arte

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA
B109 INTRODUCCIÓN A LA BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES
SEGUNDO SEMESTRE 2009
LICDA. DORA CRISTINA GODOY LÓPEZ

MÓDULO INSTRUCCIONAL No.5
Bibliotecología: Ciencia, técnica y arte

OBJETIVOS:

Durante el desarrollo del Módulo, el estudiante:

1. Examina el desarrollo de la bibliotecología como campo de conocimiento.
2. Identifica algunos enfoques filosóficos y epistemológicos de su evolución histórica.
3. Elabora un cuestionario sobre la temática.

Bibliotecología: ¿ciencia o técnica? hacia un nuevo debate
Jorge del Castillo Guevara1 y Lic. Osvaldo Leal Labrada2
http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_2_06/aci07206.htm 14 de agosto de 2009

RESUMEN

La Bibliotecología es actualmente objeto de un profundo debate que busca dilucidar si esta disciplina es una ciencia o simplemente un conjunto de técnicas, si es el producto de una recolección de conocimientos y herramientas de distintos campos del saber y ello, entre otras causas, debido a una actividad histórica de investigación, desarrollada con un carácter práctico y aplicable, que la distanció del estudio de las aproximaciones epistemológicas y la investigación teórica, necesarias para la formación de una ciencia. Se examina el desarrollo de la Bibliotecología como campo de conocimiento. Se identifican algunos de los enfoques filosóficos y epistemológicos que pueden haber incidido en ella como paradigmas rectores de su evolución histórica. Se abordan algunos elementos de orden gnoseológico con el objetivo de aclarar las contradicciones que plantea el debate actual sobre el carácter científico o técnico de esta disciplina.

Palabras clave: Bibliotecología, epistemología.

ABSTRACT

Library science is, at present, object of a deep debate that seeks to clarify if this discipline is a science or simply a set of techniques, if it is the product of a collection of know-how and tools of different fields of knowledge due, among other causes, to a historical investigation activity developed with an applicable and practical character that distanced it from the epistemological approaches and the theoretical investigation necessary for the formation of a science. The development of library science is examined as a field of knowledge. Some of the philosophical and epistemological approximations that could have influenced on it as ruling paradigms of its historical evolution are identified. Some elements of gnoseological order are dealt with aimed at clarifying the contradictions observed in the present debate about the scientific or technical character of this discipline.
Key words: Library Science, epistemology.

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Cita (Vancouver): Castillo Guevara J, Leal Labrada O. Bibliotecología: ¿ciencia o técnica? hacia un nuevo debate. Acimed 200614(2). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_2_06/aci07206.htm Consultado: día/mes/año.


Desde los albores del siglo XIX, cuando Martín Scherettinger publica su estudio sobre la Ciencia de la Biblioteca , data la polémica sobre la Bibliotecología como campo del saber. Desde los primeros momentos de las bibliotecas, diferentes autores han estudiado su quehacer y hecho importantes aportes; así, por ejemplo, Calímaco, llamado posteriormente el creador de la ciencia bibliotecaria, director de la célebre biblioteca de Alejandría y cuya función no se limitaba sólo a la conservación y custodia de sus colecciones documentales, sino también a la enseñanza y la investigación, diseñó un famoso catálogo, compuesto por 120 libros sobre los manuscritos de la biblioteca.
La Bibliotecología ha experimentado un largo proceso de formación, con un marcado desarrollo de los procesos de carácter técnico, propios de su gestión, principalmente en las áreas del procesamiento analítico-sintético de la información, el almacenamiento, así como su recuperación y diseminación para garantizar la plena satisfacción de las necesidades de información de sus usuarios.
En la otra cara de la moneda, la Bibliotecología , al transcurrir por un largo período de estancamiento en el desarrollo de su propio cuerpo teórico-epistemológico, se debate hoy en el centro de complejas discusiones que redundan en estos temas; ellas parten de los diferentes enfoques planteados en el marco de las ciencias sociales y que se manifiestan directamente en las disciplinas científico-informativas y en la Bibliotecología como parte de ellas.

En este sentido, no son suficientes los intentos de Scherettinger, Ranganathan y otras personalidades del campo bibliotecario por otorgarle a esta disciplina un carácter científico.

En relación con este polémico tema, Conforti plantea que la Bibliotecología no presenta un carácter científico, porque no dispone de un sistema de leyes que la representen y que la actividad bibliotecaria se sustenta sólo sobre la construcción y diseño de procedimientos tendientes a solucionar problemas de orden práctico, con planes de acción, instrumentos y dispositivos que interactúan con la realidad.1

Goldhor , enfatiza el carácter práctico de la actividad bibliotecaria y establece que sin la presencia de generalizaciones universales y de leyes observables y confirmables, la Bibliotecología no puede asumirse como una ciencia.2

Existe entonces una marcada tendencia a observarla como una actividad de carácter técnico, al relacionar su función final con la composición y gestión de los registros bibliográficos.

Sin embargo, omitir otros criterios que la defienden como disciplina científica, sobre la base de ciertos elementos que escapan a los paradigmas que tradicionalmente han determinado el rumbo de las ciencias sociales y, en especial de la Bibliotecología , podría considerarse una visión reduccionista sobre el asunto.

Se persigue, sobre todo, resaltar la necesidad de un acercamiento al fenómeno bibliotecario, a partir de su base teórica y epistemológica, sin desconocer la importancia de aquellos aspectos relativos al tratamiento y gestión de recursos de información. Además, se propone determinar si la Bibliotecología constituye una disciplina científica o de carácter técnico.

BREVE ESBOZO DEL DESARROLLO DE LA BIBLIOTECOLOGÍA COMO CAMPO DEL SABER

Como afirman diversos estudios historiográficos, que señalan su génesis en las primeras sociedades clasistas, las bibliotecas son una de las instituciones más antiguas en la historia de las civilizaciones, y con ellas la práctica bibliotecaria,

Sin embargo, aquello que se entiende hoy por biblioteca en el plano conceptual, difiere de los primeros intentos por definirla.

Conceptualmente, se considera como “aquel lugar destinado al depósito de información registrada principalmente en forma de libros”.3

Por su parte, la Bibliotecología es la disciplina que aborda el estudio sistemático de las colecciones bibliográficas y la institución bibliotecaria, tanto en su aspecto histórico como técnico, así como en su proyección socio-cultural.4

Si se analiza el término etimológicamente, se aprecia que está compuesto por tres partes: biblion, que significa libro; teke, que significa caja, armario y logos que viene de discurso, tratado.

Según Rojas, la Bibliotecología “se ocupa de estudiar cómo ciertos documentos, por medio de una institución de información puede poner en contacto a los lectores con el mundo de la información”.5

Estas definiciones muestran los tres elementos que estudia la Bibliotecología : la biblioteca, las colecciones y los usuarios.

En la esfera bibliotecológica, se relacionan una serie de disciplinas entre las cuales se destacan:

La bibliología: que se ocupa del estudio general del libro en sus aspectos histórico y técnico.
La bibliografía: considerada como una disciplina autónoma, con fines bien delimitados, presenta sus productos generalmente en forma de listas de asientos bibliográficos que pueden ser de uno o varios autores; se basa fundamentalmente en la investigación, identificación, descripción y clasificación de los recursos recopilados para lograr una mejor orientación, tanto de los bibliotecarios como de los usuarios en general.
La bibliotecnia: que aborda la industria del libro, así como los procesos relacionados con la confección y restauración del libro.3
No obstante, a este conjunto disciplinario y a los primeros atisbos de sistematizar la actividad bibliotecaria a partir del siglo III a.n.e. con la obra de Calímaco y, a pesar de existir trabajos, aunque, dispersos sobre catalogación y clasificación propios de aquel tiempo, no es hasta el siglo XIX, que puede hablarse de un comienzo de la ciencia de la biblioteca a partir de la obra de Scherettinger .


HACIA UNA CIENCIA DE LA BIBLIOTECA: CONTEXTO

La era contemporánea estuvo marcada por los cambios impuestos por la primera revolución industrial, ocurrida a finales del siglo XVIII principalmente en el Reino Unido y que afectaron directamente los procesos de producción. Esto se reflejó en un crecimiento desmedido de los productos manufacturados, la aparición de enormes fábricas con maquinarias sofisticadas para la época, donde intervenían muchos trabajadores y cada trabajador se ocupaba de una parte del trabajo; todo esto condujo a la necesidad de una capacitación y especialización entre los obreros y produjo una nueva idea sobre la función social del conocimiento. Por el propio proceso de industrialización, los habitantes de las zonas rurales comenzaron a emigrar hacia las ciudades en un proceso de urbanización cada vez más acelerado.

A todo ello, se suma, como resultado, una explosión científica y técnica que provocó una nueva situación en la esfera de la información con un aumento de la producción documental, que condujo a una ingente necesidad de desarrollar métodos y herramientas para el tratamiento de esa masa documental -procesamiento.

A manera de síntesis, pueden resumirse los acontecimientos ocurridos en este contexto, según el criterio de Radamés Linares de la forma siguiente: (Linares Columbié R. Bibliotecas y Bibliotecología. Observaciones no publicadas).

Surgimiento y desarrollo de la sociedad industrial.
Auge de las innovaciones científicas y tecnológicas.
Resurgimiento de la vida urbana.
Aparición de nuevas necesidades educacionales.
Surgimiento y desarrollo de las ciencias sociales.
En estas circunstancias, se produce la génesis de una Ciencia de la Biblioteca, a principios del siglo XIX. Ocurre justamente en el año 1808, cuando Martín Scherettinger, publicó su estudio conocido por “Ciencia de la Biblioteca”, donde se explican las especificidades de la incipiente disciplina científica y donde se toman como punto de referencia, los procesos que ocurrían en el interior de la institución bibliotecaria como la búsqueda y recuperación de los libros.

Posteriormente, en el propio siglo, se evidencian relevantes aportes, por ejemplo, la publicación de dos obras que marcarían una huella importante en la teoría del acceso temático a la información, estas son: la “Clasificación Decimal” de Melvil Dewey, que responde por sus características a un lenguaje precoordinado, con estructura jerárquica y vocabulario controlado, muy utilizado por muchas bibliotecas en la actualidad; además las “Reglas para un Catálogo Diccionario” de Charles A. Cutter, precursor del conocido “Sistema de Clasificación Expansiva”, nombre que recibe su sistema de clasificación compuesto por siete tablas que permitían adaptarse al crecimiento documental en las bibliotecas.

Otros aportes relevantes para la Bibliotecología se observan más adelante con la aparición del sistema de “Clasificación Colonada” o “ Facetada”, creada por el bibliotecólogo y matemático indio S.R. Ranganathan quien propusiera además, las llamadas cinco leyes de la Bibliotecología , como un paso esencial para la consecución de una base científica para la Bibliotecología como campo del saber.

Acompañado de este crecimiento de la Bibliotecología , se establece todo un proceso de matematización del conocimiento científico, como uno de los rasgos que caracterizó a las ciencias sociales durante esta etapa de desarrollo con un enfoque positivista.

Aparecen entonces, a mediados del siglo XX, las aplicaciones de los estudios métricos en las disciplinas informativas, entre ellas la bibliometría, considerada la disciplina instrumental de la Bibliotecología aunque otros autores se refieren a ella como “bibliotecometría”.

Conceptualmente, la bibliometría se refiere al estudio de los aspectos cuantitativos de la producción, diseminación y uso de la información registrada.

Otros términos afines utilizados actualmente son: informetría, para los estudios relacionados a la ciencia de la información y archivometría, para la archivología.

Sin embargo, existe el criterio de que estas aplicaciones métricas, así como los modelos aportados por Bradford, Lotka,6 y otros, no deben considerarse leyes propiamente dichas, sino que las llamadas leyes métricas de la información sólo “ describen determinadas ocurrencias a partir de determinados factores que no siempre se cumplen”.2 No obstante, dichas disciplinas han realizado aportes enriquecedores al campo científico-bibliotecario.

Antes de pasar hacia otro tema y en aras de ganar una comprensión más fiel respecto a los acontecimientos que de una forma u otra influyeron en la Bibliotecología, se abordará brevemente el surgimiento de una disciplina que, entre otras consecuencias, generó una especie de replanteamiento a la Bibliotecología: la Documentación.

Debido al desarrollo industrial y tecnológico alcanzado en la década del 60 del siglo XX y ante la necesidad de ofrecer respuestas a determinados conflictos, cuya solución se hallaba fuera de las posibilidades de la Bibliotecología, emergió la Documentación, a partir de las ideas de Paul Otlet y Henry La Fontaine, quienes trabajaban en este sentido desde finales del siglo XIX.

Con esta nueva perspectiva, se amplió el concepto de documento, se concibió como “algo” que transmite información y que incluye escritos de todo tipo y otros objetos que dependen del uso que reciban. Otlet consideraba que el libro no era el único soporte de información existente y plantea la necesidad de procesar otros portadores como las fotografías, diapositivas, fotocopias, películas, etcétera.7

Además de la Documentación, aparecerían otras disciplinas que coadyuvarían al desarrollo de la Bibliotecología , como es el caso de la Recuperación de la Información y la Ciencia de la Información.

Hasta el momento, se han revisado una serie de elementos útiles para realizar una reflexión teórica sobre el desarrollo de la Bibliotecología en su intento por lograr una sistematización del conocimiento bibliotecológico, el autorreconocimiento y su legitimación como disciplina científica.

Algunos enfoques filosóficos y epistemológicos que han incidido en el desarrollo de la bibliotecología como Campo del saber

LA CIENCIA

Según Patjovi, el objeto general de las ciencias es reflejar la esencia de la realidad.8

En este caso, se debe considerar que el autor cuando habla de realidad se refiere a la realidad objetiva, observable.

Autores como Mijailov, Cherny y Guiliarevskii consideran la ciencia como un gran sistema social que obtiene, transforma, acumula y transforma lógicamente la información científica.9

Según Sierra Bravo es: “un conjunto sistemático de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos mediante el método de investigación científico”.10

Para Ezequiel Ander-Egg es: “un conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables, que obtenidos de una manera metódica, que verificados y contrastados con la realidad, se sistematizan orgánicamente con respecto a objetos de una misma naturaleza, cuyos contenidos son susceptibles de ser transmitidos”.11

El Diccionario de Ciencias Sociales la define como: “un conjunto de conocimientos racionalmente coherente, verificables y refutables, que intentan describir las leyes de la naturaleza y del pensamiento, así como las estructuras y procesos de la organización cultural y social”.12

Fácilmente, puede observarse que estos conceptos coinciden en determinados puntos y que conllevan a ciertas particularidades. En ellas, se habla de conjunto de conocimientos racionales, probables, verificables orientados a la realidad observable y la descripción de leyes, que la rigen y ello, demuestra la influencia positivista que ha pautado el devenir de las ciencias en general. Según Goldhor una ley científica es “la expresión de relaciones universales invariantes entre dos o más variables”. Respecto a este criterio Setién plantea que las relaciones expresadas por una ley son estables, probabilísticas pero no invariantes necesariamente”.13

No obstante, desde otra arista, los científicos ofrecen una nueva mirada hacia las características de la actividad científica. En esta, produce una inclinación a la comprensión de las relaciones que se establecen entre los fenómenos de carácter humano y social. A partir de esta nueva visión, se generan nuevas reflexiones sobre los modelos a seguir, y se manifiesta una dicotomía en la forma de abordar, desde el punto de vista epistemológico, las ciencias consideradas humanas, sociales o de la cultura.

Por tanto, en el proceso de construcción de las ciencias sociales, desde el siglo XIX, se han manifestado dos modelos que describen respecto a su finalidad última, al objeto de la investigación social y función epistemológica:

Modelo de las ciencias naturales en el que el enfoque naturalista los científicos sociales plantea que la finalidad última de ellas es la explicación de los fenómenos objetos de su estudio.
Modelo de las ciencias de la cultura, a partir del cual, los científicos se orientan hacia la comprensión de los fenómenos de la realidad social. Esta postura se conoce también como ciencias humanas o del espíritu, como las denominó Wilhelm Dilthey, y cuyos elementos de estudios se caracterizan por ser de materialidad simbólica.
Las diferencias entre estos dos paradigmas se originan en dos visiones filosóficas de las ciencias:14

La visión galileana, en la que se define la explicación científica como aquella que se manifiesta en forma de leyes causales y que se expresan en términos matemáticos.
Otra visión, que se basa en la explicación, no en términos de causas materiales sino de causas finales y que parte del criterio de que la investigación científica de los fenómenos culmina cuando se les puede comprender.
A partir de estos paradigmas, se devela la epistemología de las ciencias sociales y se determina el rumbo de los procesos de construcción del conocimiento bibliotecológico.

Como se puntualizó anteriormente, el surgimiento de la Bibliotecología coincide con una serie de cambios sustanciales en el plano económico, social, científico y tecnológico. La revolución industrial, con todas sus consecuencias, condicionó la forma de abordar el conocimiento científico, y por ello, predomina en ella el enfoque positivista, el empirismo, el racionalismo científico, el pragmatismo… propios del paradigma físico, que sólo valida científicamente aquellos aspectos que pueden observarse.

El positivismo es una de las corrientes filosóficas más importantes en este contexto; fue creada por Augusto Comte (1798-1857), quien afirmó que las ciencias debían limitarse a describir el aspecto exterior de los fenómenos y prestar atención a las verdades provenientes de la observación. Esta filosofía se mantiene vigente hasta la actualidad.

Bajo este influjo positivista, neopositivista y el racionalismo científico se sustenta la psicología de la conducta, cuyos aportes se hicieron evidentes y presentes en las disciplinas informativas, tanto en la praxis informacional como en el terreno de la investigación. Este modelo predominó hegemónicamente a lo largo de la primera mitad del siglo XX, sobre todo en la psicología norteamericana.

El conductismo parte del principio de considerar como improcedente el estudio de los procesos mentales y de la conciencia, y aboga por el factor conductual como único elemento válido para la psicología, al ser sólo ella susceptible a la observación y la medición. Luego, este enfoque sería cuestionado por un grupo de destacados conductistas, que comenzó a orientarse hacia otra postura menos excluyente; éstos consideraban que procesos mediadores como la personalidad, la motivación y el conocimiento podían afectar la conducta de las personas. A esto, se suma la fuerte resistencia desarrollada por parte de la psicología cognitiva durante la segunda mitad del siglo XX.15

Por otra parte, es sobre esta corriente positivista y el enfoque conductista, que ubican sus antecedentes las disciplinas métricas de la Bibliotecología , así como los propios principios que conforman este campo.

Además, todo ello engrana de cierta manera con la concepción tecnocrática de la Bibliotecología , relacionada con aquellas actividades que redundan en el tratamiento de los registros gráficos -registro, control, transferencia de registros, etc.-, debido a la necesidad de un adecuado control de la creciente masa documental resultante de la explosión informacional ocurrida en la segunda mitad del siglo XIX. Esta postura “acentúa el carácter pragmático e instrumental de la Bibliotecología y la aproxima a las ciencias técnicas bajo el supuesto de que su objeto fundamental es la estructuración y administración de registros físicos de información” (Pérez Viñales M. La Bibliotecología y su construcción discursiva. Observaciones no publicadas).

Al considerar este aspecto, es indudable que la Bibliotecología dispone de un sistema de conocimientos, que tiene como objetivo responder a la creación y desarrollo de instrumentos y procesos dirigidos al tratamiento documental: reglas de catalogación, clasificación, sistemas de lenguaje documental, etcétera. Por esta razón, algunos autores desde una posición, pudiera decirse conservadora, prefieren considerarla una disciplina de carácter técnico.

Pero definitivamente esto no parece ser suficiente para comprender el fenómeno bibliotecario. Lo cierto es, que existe todo un conjunto de eventos que escapan a lo visible, a lo que puede demostrarse mediante la empiria, al alcance de los postulados de la psicología de la conducta y que ni siquiera la tecnología o las llamadas nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden explicar.

Por tanto, se requiere de la búsqueda de un fundamento epistemológico diferente, que posibilite la comprensión de los fenómenos considerados esencialmente humanos, porque como planteaba Dilthey, las ciencias del espíritu estudian realidades creadas por el hombre que son parte de su propia experiencia, a diferencia de las ciencias naturales que abordan aspectos externos, propios de la naturaleza (Pérez Viñales M. La Bibliotecología y su construcción discursiva. Observaciones no publicadas).

Es decir, mientras que las ciencias naturales emplean métodos generalizadores -procedimientos que buscan conocimientos generales en los objetos de investigación-, las otras dirigen su búsqueda hacia las individualidades, donde existe un fuerte predominio de los elementos de carácter subjetivo.

El paradigma subjetivo se desarrolla ante la necesidad de tratar el aspecto social, -donde tiene lugar el fenómeno bibliotecológico-, y busca un tipo de pensamiento distinto al propuesto por el paradigma objetivista, propio de las ciencias naturales. Con este, la búsqueda de la explicación sobre la realidad en las disciplinas informativas y la Bibliotecología, como parte de ellas, transcurre hacia corrientes de pensamiento más abstractas, donde se trata de hallar el porqué de las cosas. En esta nueva forma de abordar el conocimiento científico, se destacan dos enfoques principales: el hermenéutico y el fenomenológico.

La hermenéutica se identifica, como dice Budd, “como el proceso de descifrar que va desde los contenidos y significados manifiestos a los significados latentes, no explícitos”.13

El pensamiento hermenéutico puede explicarse como el proceso que busca develar los significados que parten de lo evidente y explícito, hacia aquellos que se encuentran sumergidos en las profundidades de sus contenidos y que se ofrecen de forma implícita.

Capurro la define como “el método de las ciencias del espíritu que permitiría mantener abierto el sentido de la verdad histórica propia del actuar y pensar humano”.16

El propio autor manifiesta, como se trató antes, que las llamadas ciencias del espíritu tienen como objetivo final llegar a la comprensión e interpretación de aquellos fenómenos que parten de lo humano y que por tanto, estas ciencias estudian realidades creadas por el hombre que forman parte de su propia experiencia.

Desde esta perspectiva epistemológica, en el que el acercamiento al fenómeno social se produce sobre la base de la subjetividad -hasta aquel entonces desconocido por las distintas posiciones del paradigma explicativo-, es donde el aspecto cualitativo de los hechos adquiere una marcada relevancia, y ocurre entonces, un posicionamiento del enfoque cognitivo sobre el conductismo tradicional.

Este enfoque, parte de la psicología cognitiva, una rama de la psicología que estudia los procesos cognitivos, es decir, aquellos procesos relacionados con el conocimiento -percepción, memoria, atención, pensamiento y lenguaje, que permiten al hombre tomar conciencia del entorno y del significado de sus acciones, y que intenta responder a dos interrogantes: ¿cómo funciona la mente humana? y ¿cómo conoce el hombre?

Este modelo comienza a desarrollarse en la década de los años 70; para ese entonces el hombre y su comportamiento vinculado a la información, se convirtió en el punto de referencia para algunos bibliotecólogos, precisamente en un momento donde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación inundaban aceleradamente todo el quehacer de la vida cotidiana y en el que se hacía, cada vez, más evidente el impacto social que poseía el conocimiento.

En los años 80, surgieron una serie de propuestas dirigidas al fenómeno informacional, que incidieron directamente en la Bibliotecología , tanto en su entorno teórico como práctico, con una incipiente carga de elementos cognitivos. A pesar de considerarse la más tradicional de las disciplinas científico-informativas y del lento desarrollo de su cuerpo teórico, no escapó a la influencia del cognitivismo, que ofrece respuestas que están fuera del alcance de las posturas clásicas y tradicionalmente reconocidas y que enfocan su objeto de estudio en el paradigma institucional y físico. El paradigma institucional enmarca el fenómeno bibliotecario y su contenido a lo que acontece en el interior de la biblioteca. El paradigma físico es aquel que centra su atención exclusivamente en aquello que pueda ser observado, cuantificado y comprobado mediante la experimentación, como la conducta.

Es por eso, entre otros aspectos, que el enfoque conductista y, por consiguiente, el paradigma físico, se cuestionó a mediados del siglo XX por el paradigma cognitivo, que al decir de Linares Columbié, significó un reemplazo del conductismo, que había marcado la formación y desarrollo de la disciplina informativa y la defensa de aspectos subjetivos orientados hacia el mundo interior de los usuarios.17

Un reflejo de esto, ocurre en los estudios de usuarios, donde la variable necesidad de información se colocó paulatinamente en el centro de interés de los bibliotecólogos y el resto de los especialistas de las disciplinas científico-informativas.

Las bibliotecas, bajo el paradigma clásico, no consideraban la categoría “usuario” para el diseño de sus servicios; ellos, se diseñaban, a partir del sistema de información y los recursos tecnológicos; por tanto, los usuarios eran un elemento más y debían adaptarse al sistema, configurado de una manera, por así decirlo, arbitraria, al considerar sólo el criterio de los especialistas de información. Precisamente, el hecho de que los primeros estudios de usuarios, según algunos autores, se realizaran en la segunda década del siglo XX, no debe considerarse un hecho casual.

Entonces, pueden establecerse dos etapas en cuanto a la orientación de la práctica bibliotecaria:18

Un primer momento donde las bibliotecas orientaron su gestión hacia el interior de la organización.
Un segundo momento en el que se parte de la categoría usuario y sus necesidades de información para el diseño e implementación de sus servicios.
No obstante, tampoco los estudios de usuarios escaparon las tradicionales posturas basadas en la visión fisicalista, que tomaba en consideración aquellas variables sociodemográficas y que tienen un carácter inmóvil, estático, y que no reflejan los matices propios de las interioridades humanas.

Posteriormente, con las corrientes cognitivistas, se observó un cambio progresivo en los estudios de los usuarios de la información; no es suficiente abordarlo entonces, sólo sobre la base de variables neutrales o sociodemográficas; y comienzan a llamar la atención aquellos eventos que ocurren en el orden emocional y cognitivo de los usuarios; se presta mayor atención a las variables de tipo sociopsicológicas.

Como puede observarse, la Bibliotecología presenta un fuerte componente técnico y tecnológico, que ha llevado a que las investigaciones realizadas en torno a la disciplina bibliotecológica centren su atención en los procesos de organización, descripción, búsqueda, recuperación y diseminación de la información. Esto, unido a la visión tecnicista y mecanicista de un considerable número de profesionales que se dedican a la práctica bibliotecaria, condiciona el pensamiento de aquellos investigadores y estudiosos que insisten en catalogarla como una técnica, y niegan rotundamente su carácter científico, como afirman además que no cuenta con un sistema orgánico de leyes que la represente.

Reducirla a este criterio sería como navegar en un círculo vicioso donde sólo es posible un único punto de intercepción, sobre el cual gire todo el andamiaje de una disciplina que, a pesar de su juventud y aún incipiente cuerpo teórico, apunta hacia un horizonte más abarcador.

Al considerar que la Bibliotecología estudia elementos tan singulares como la información y el hombre en calidad de usuario, cuyas características principales se sustentan en categorías que no son lineales y estáticas, sino cambiantes e irregulares, puede considerarse, sin lugar a dudas, como una ciencia, no sobre la base del tradicional paradigma físico, sino sobre la base de un enfoque que reconozca el aspecto subjetivo que determina el comportamiento de su objeto de estudio.

Al decir de autores como Setién “la Bibliotecología clasifica como una ciencia social en tanto su objetivo de estudio responde a canales de comunicación cuyo origen y destino tiene carácter directamente humano, aunque puedan mediar elementos tecnológicos”.13

Por otra parte, para abordar el fenómeno bibliotecario debe considerarse un enfoque social; por esto, no resulta suficiente estudiar los procesos cognitivos de los individuos, sino que debe tratarse el entorno en el que se desenvuelven tanto los usuarios como los sistemas de información (bibliotecas).

Como afirma Hjorland, el conocimiento y los valores de la metodología científica no deben excluirse del mundo en el que coexisten, no se trata de estudiar sujetos aislados y abstractos sino de asumir una visión holística sobre estas categorías científicas sociales.19 Pudiera considerarse una postura estratégica y necesaria el hecho de considerar el carácter multidimencional del fenómeno bibliotecario. Es por ello, que cualquier acercamiento teórico a este campo desde una visión individualista y reduccionista corre el riesgo de considerarse poco objetiva y demasiado simplista.

Sobre esta línea de pensamiento es que, ante la hegemónica influencia cognitiva sobre la Ciencia de la Información y la Bibliotecología, se presenta un enfoque que considera el entorno social, tanto de los usuarios como del resto de los elementos y componentes que conforman el dominio científico-informativo: se trata del paradigma sociocognitivo del que habla Hjorland, a partir de las ciencias de la información y que afecta implícitamente la actividad bibliotecaria.

Como afirma Linares, el sociocognitivismo no intenta ser una crítica al cognitivismo ortodoxo, por el contrario, ofrece una visión de la realidad informacional que se dimensiona al universo sociológico y cultural, donde tiene lugar el paradigma analítico del dominio y su perspectiva psicológica social.

Finalmente, al considerar estos argumentos sobre los cuales se devela la Bibliotecología , no como una disciplina netamente técnica y normativa, bajo las concepciones clásicas positivistas, ni como una ciencia puramente cognitiva de carácter introspectivo, individualista y mentalista, sino como una rama del saber científico que ofrece respuestas respecto a los fenómenos que la ocupan, sobre una visión epistemológica social, puede considerarse como una disciplina científica o mejor aún como una ciencia social.

El carácter científico de la Bibliotecología se basa en el reconocimiento de los aspectos de orden social y cultural entre los cuales se debate el propio quehacer de la praxis bibliotecaria, que se determina, además, por las relaciones intersubjetivas e interculturales sobre la base de un proceso diálogo, de comunicación.

La actividad bibliotecaria, así como el estudio teórico de esta disciplina no puede orientarse sólo hacia procesos netamente técnicos y normalizativos de descripción bibliográfica para la recuperación de la información, debe considerar, además, algunas cuestiones relativas a los actores que intervienen en ella, tanto al usuario de los servicios de información como al propio bibliotecario que, “es un sujeto social con sus valores y cosmovisión puestos en juego en contextos donde priman las relaciones intersubjetivas …, sus acciones afectan a las comunidades y, al mismo tiempo, es afectado por ellas, en los procesos de intervención y transformación socio-cultural”.20

Por tanto, la Bibliotecología considera el estudio del fenómeno comunicacional, que se logra entre la biblioteca como sistema de información y la comunidad, de la cual forma parte y actúa como un agente de cambio, transformación y formación desde el punto de vista social y cultural.

La Bibliotecología , entonces, se inserta en el campo de las ciencias sociales, al orientar su cuerpo teórico y epistemológico hacia un enfoque más complejo que incluye al sujeto y su contexto socio-cultural, así como las mediaciones entre el sujeto y el conocimiento registrado.

CONCLUSIONES

La Bibliotecología como espacio de conocimiento científico experimentó sus primeros pasos bajo los condicionamientos de un siglo XIX permeado por el desarrollo impuesto por la primera revolución industrial, y ello influyó en su formación, cuyos principales exponentes: Scherettinger, Ranganathan, Dewey, Cúter, Bradford, Lotka , entre otros, formaron toda una armazón metodológica para el estudio de los aspectos inherentes a la biblioteca,
La Bibliotecología, desde su génesis y a lo largo de su formación, ha estado a expensas de los diferentes enfoques filosóficos y epistemológicos y ellos han marcado su estructura de conocimiento. Desde su fundación, como campo del saber científico, estuvo influida hasta mediados del siglo XX, por los enfoques emanados del positivismo, el empirismo, el racionalismo científico y otras tendencias propias del paradigma explicativo de las ciencias.
El fenómeno bibliotecológico debe abordarse a partir del modelo de las ciencias humanas o del espíritu, como también se le conoce; éstas buscan aquellos procesos que ocurren en el mundo interior (esfera cognitiva). Contrariamente, el modelo naturalista se centra en los aspectos externos al hombre,
Finalmente, se considera la Bibliotecología una ciencia en formación, con su propio cuerpo teórico bien delimitado y un desarrollo del conocimiento científico que se corresponde con los postulados epistemológicos de las ciencias sociales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Martí Lahera Y. ¿Teoría o metateoría? En el dominio usuario. Ciencia da Informacao 2004;33(3). Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0100-19652004000300007&lng=es&nrm=iso&tlng=es [Consultado: 8 de enero del 2005].
Hjorland B, Albrechtsen H. Toward a new horizon in information science: domain-analysis. JASIS 1995; 46 (6):400-25.
Lopera H. Tematizar la investigación bibliotecológica. La cientificidad de la Bibliotecología. Disponible en: http://otrabibliotecologiaesposible.blogspot.com/2005/09/tematizar-la-investigacin_13.html [Consultado: 10 de enero del 2005].
Recibido: 13 de marzo del 2006. Aprobado: 28 de marzo del 2006.
Jorge del Castillo Guevara. Facultad de Comunicación. Calle G No.506 entre 21 y 23. El Vedado. Plaza de la Revolución. Ciudad de La Habana. Cuba. CP 10 400. Correo electrónico: jorgehavana@yahoo.es

1Alumno de 4to año de la Licenciatura en Ciencias de la Información y Bibliotecología. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.
2Licenciado en Bibliotecología y Ciencia de la Información. Centro de Información. Agencia de Información Nacional. Profesor Adjunto de la Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.

Ficha de procesamiento

Clasificación: Artículo teórico.

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS1

BIBLIOTECOLOGÍA; CONOCIMIENTO.

LIBRARY SCIENCE; KNOWLEDGE.

Según DeCI2

BIBLIOTECOLOGÍA.

LIBRARY SCIENCE.

1BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.

Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm

2Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf

ACTIVIDADES
Para el 18 de agosto
- Hacer conocimiento la información del Módulo.
- Preparar tres preguntas para discusión grupal, relacionadas con el contenido del mismo.
- Participar activamente en la discusión de la temática propuesta.

Para el 21 de agosto

- Subrayar los párrafos destacados del Módulo.
- Responder las preguntas que se plantean en el cuestionario.

NOTA: Con base en el libro Importancia de las citas textuales y la bibliografía en la investigación universitaria:.. Elaborar la bibliografía del artículo.

CUESTIONARIO

1. ¿Quién fue Calímaco y que diseñó?

2. ¿Qué aborda la bibliotecología como disciplina?

3. Según Rojas, ¿De qué se ocupa la bibliotecología?

4. ¿Cuáles son los tres elementos que estudia la bibliotecología?

5. ¿De qué se ocupa la bibliología?

6. ¿En qué se basa la bibliografía?

7. ¿Qué aborda la bibliotecnia?

8. Según Scherenttinger, cuándo puede hablarse del comienzo de la ciencia de la biblioteca?

9. ¿Qué explica Scherettinger en su estudio Ciencias de la Biblioteca?

10. ¿Cuáles son las obras que dejaron huella en la teoría del acceso temático a la información?

11. ¿Qué propuso S.R. Ranganathan?

12. ¿Qué disciplina aplica estudios métricos en el siglo XX?

13. ¿Qué estudia la bibliometría?

14. ¿Qué estudian la informetría y la archivometría?

15. ¿Qué ciencia emergió con las ideas de Paul Otlet y Henry La Fontaine?

16. ¿Cuál es la definición de documento?

17. ¿Qué otras disciplinas aparecieron además de la documentación?

18. Mencione las definiciones de ciencia según Sierra Bravo, Ezequiel Ander-Egg y el Diccionario de Ciencias Sociales.

19. Según Goldhor ¿Qué es una ley científica?

20. ¿Qué corriente filosófica fue creada por Augusto Comte (1798-1857) y en qué consiste?

21. ¿De qué sistema dispone la bibliotecología?

22. ¿Qué plantea Dilthey?

23. Según Budd, ¿Cómo se identifica la hermenéutica?

24. ¿Cómo puede explicarse el pensamiento hermenéutico?

25. ¿Qué estudia la psicología cognitiva?

26. ¿Cómo consideraban las bibliotecas, bajo el paradigma clásico, la categoría usuario?

27. ¿Cuáles son las etapas que se establecen a la orientación de la práctica bibliotecaria?

28. ¿En qué centran su atención las investigaciones en torno a la disciplina bibliotecológica?

29. ¿Por qué puede considerarse a la bibliotecología como una ciencia?

30. ¿Cómo considera la bibliotecología el estudio del fenómeno comunicacional?

31. ¿En qué campo se inserta la bibliotecología y por qué?

32. ¿Quiénes son los principales exponentes que influyeron en la formación de la bibliotecología?

33. Según las conclusiones del documento, ¿Cómo se considera a la bibliotecología?



sábado, 22 de agosto de 2009

B151.1 MI 04 Manifiesto de la UNESCO sobre la BP 1994

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA

B151.1 BIBLIOTECA Y SOCIEDAD

SEGUNDO SEMESTRE 2009

LICDA. DORA CRISTINA GODOY LÓPEZ

MÓDULO INSTRUCCIONAL No. 4

Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1994)

OBJETIVOS:

Durante el desarrollo del Módulo, el estudiante:

1. Conoce el Manifiesto de la UNESCO sobre la BP 1994

2. Enumera las partes en que se divide el Manifiesto

Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1994)

http://archive.ifla.org/VII/s8/unesco/span.htm

22 de agosto de 2009

La libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad y de los individuos son valores humanos fundamentales. Estos sólo podrán alcanzar se mediante la capacidad de ciudadanos bien informados para ejercer sus derechos democráticos y desempeñar un papel activo en la sociedad. La participación constructiva y la consolidación de la democracia dependen tanto de una educación satisfactoria como de un acceso libre y sin límites al conocimiento, el pensamiento, la cultura y la información.

La biblioteca pública, puerta local hacia el conocimiento, constituye un requisito básico para el aprendizaje a lo largo de los años, para la toma independiente de decisiones y el progreso cultural del individuo y los grupos sociales.

Este Manifiesto proclama la fe de la UNESCO en la biblioteca pública como una fuerza viva para la educación, la cultura y la información y como un agente esencial para el fomento de la paz y del bienestar espiritual a través del pensamiento de hombres y mujeres.

Así pues, la UNESCO alienta a las autoridades nacionales y locales a dar soporte y comprometerse activamente en el desarrollo de las bibliotecas públicas.

La biblioteca pública

La biblioteca pública es un centro local de información que facilita a sus usuarios todas las clases de conocimiento e información.

Los servicios de la biblioteca pública se prestan sobre la base de igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos usuarios que por una u otra razón no pueden hacer uso de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, personas con discapacidades o personas en hospitales o en prisión.

Todos los grupos de edad han de encontrar material adecuado a sus necesidades. Las colecciones y los servicios han de incluir todo tipo de soportes adecuados, tanto en modernas tecnologías como en materiales tradicionales. Son fundamentales su alta calidad y adecuación a las necesidades y condiciones locales. Los materiales deben reflejar las tendencias actuales y la evolución de la sociedad, así como la memoria del esfuerzo y la imaginación de la humanidad.

Ni los fondos ni los servicios han de estar sujetos a forma alguna de censura ideológica, política o religiosa, ni a presiones comerciales.

Misiones de la biblioteca pública

Las siguientes misiones clave, referentes a la información, la alfabetización, la educación y la cultura, habrán de ser la esencia de los servicios de la biblioteca pública:

1. Crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años.

2. Prestar apoyo a la educación, tanto individual como autodidacta, así como a la educación formal en todos los niveles.

3. Brindar posibilidades para el desarrollo personal creativo.

4. Estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes.

5. Fomentar el conocimiento del patrimonio cultural, la valoración de las artes, de los logros e innovaciones científicos.

6. Facilitar el acceso a las expresiones culturales de todas las manifestaciones artísticas.

7. Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural

8. Prestar apoyo a la tradición oral.

9. Garantizar a los ciudadanos el acceso a todo tipo de información de la comunidad.

10. Prestar servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y agrupaciones de ámbito local.

11. Facilitar el progreso en el uso de la información y su manejo a través de medios informáticos.

12. Prestar apoyo y participar en programas y actividades de alfabetización para todos los grupos de edad y, de ser necesario, iniciarlos.

Financiación, legislación y redes

La biblioteca pública ha de ser, por principio, gratuita. La biblioteca pública es responsabilidad de las autoridades local y nacional. Debe regirse por una legislación específica y estar financiada por los gobiernos nacional y local. Ha de ser un componente esencial de cualquier estrategia a largo plazo para la cultura, la provisión de información, la alfabetización y la educación.

Para lograr la coordinación y cooperación bibliotecaria a nivel nacional, la legislación y los planes estratégicos han de definir y promover, también, una red nacional de bibliotecas, basada en normas de servicio convenidas.

La red de biblioteca pública ha de ser concebida en relación con las bibliotecas nacionales, regionales, especializadas y de investigación, así como con las bibliotecas escolares, de institutos y universitarias

Funcionamiento y gestión

Ha de formularse una política clara que defina objetivos, prioridades y servicios en relación con las necesidades de la comunidad local. La biblioteca pública ha de organizarse eficazmente y mantener normas profesionales de funcionamiento.

Ha de asegurarse una cooperación con interlocutores relevantes, por ejemplo, grupos de usuarios y otros profesionales a nivel local, regional, nacional e internacional.

Los servicios han de ser físicamente accesibles a todos los miembros de la comunidad. Esto requiere que los edificios de las bibliotecas públicas estén bien situados, con buenas condiciones de lectura y estudio, tecnologías adecuadas y un horario suficiente y apropiado a los usuarios. Supone asimismo servicios de extensión para quienes no pueden acudir a la biblioteca.

Los servicios de la biblioteca han de adaptarse a las necesidades de las distintas comunidades en áreas rurales y urbanas.

El bibliotecario es un intermediario activo entre los usuarios y los recursos. Es indispensable su formación profesional y permanente para que pueda ofrecer servicios adecuados.

Habrán de establecerse programas de extensión y de formación de usuarios con objeto de ayudarles a sacar provecho de todos los recursos.

Aplicación del Manifiesto

Se insta a quienes toman las decisiones a nivel nacional y local y a la comunidad bibliotecaria en general, en todo el mundo, a que apliquen los principios expuestos en el presente Manifiesto.

Este Manifiesto se preparó en colaboración con la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) y ha sido aprobado por la UNESCO en noviembre de 1994.

ACTIVIDADES

Para el 27 de agosto

- Hacer conocimiento la información del Módulo.

- Preparar tres preguntas para discusión grupal, relacionadas con el contenido del mismo.

- Participar activamente en la discusión de la temática propuesta.


Para el 28 de agosto


- Subrayar los párrafos destacados del Módulo.

- Elaborar un Mapa conceptual de las Normas.

NOTA: Con base en el libro Importancia de las citas textuales y la bibliografía en la investigación universitaria:.. Elabore la bibliografía de los documentos.

Los mapas conceptuales

http://www.xtec.es/~cmunoz/recerca/mapconcept.htm

22 de agosto de 2009

El mapa conceptual es una técnica de presentación de la información. Se emplea para ofrecer una visión de conjunto de un tema en la que se muestran los conceptos relacionados y organizados jerárquicamente. Los mapas conceptuales están formados por conceptos, flechas para unirlos y palabras de enlace que explican la relación entre conceptos.

La elaboración de un mapa conceptual favorece la plasmación de un conjunto de informaciones y deja ver la comprensión de un tema. Además facilita la memorización y la comprensión de conocimientos.

CÓMO HACER UN MAPA CONCEPTUAL

  • Seleccionar los conceptos representativos de un tema
  • Ordenar los conceptos jerárquicamente: de los más generales a los más específicos
  • Establecer las relaciones entre conceptos mediante flechas y palabras de enlace



B109 MI 06 Bibliográfía Definición e importancia de la descripción y referencia bibliográfica

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA

B109 INTRODUCCIÓN A LA BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS AFINES

SEGUNDO SEMESTRE 2009

LICDA. DORA CRISTINA GODOY LÓPEZ

MÓDULO INSTRUCCIONAL No.6

Bibliografía: Definición, importancia y método

OBJETIVOS:

Durante el desarrollo del Módulo, el estudiante:

1. Define y conoce la descripción bibliográfica

2. Aprende la importancia de la referencia bibliográfica y sus elementos

ACTIVIDADES:

Para el 25 de agosto

- Hacer conocimiento la información del Módulo.

- Preparar tres preguntas para discusión grupal, relacionadas con el contenido del mismo.

- Participar activamente en la discusión de la temática propuesta.

Para el 28 de agosto

- Subrayar los párrafos destacados del Módulo.

- Elaborar el cuestionario adjunto, un glosario con los términos desconocidos y un resumen indicativo.

NOTA: Con base en el libro Importancia de las citas textuales y la bibliografía en la investigación universitaria:.. Elaborar la bibliografía de los artículos.

CUESTIONARIO

¿Por qué el término descripción bibliográfica ha queda obsoleto?

¿Cuáles son los nuevos recursos de información?

¿A qué están ligados hoy los recursos de información?

¿Cuándo se dice descripción bibliográfica, a qué se está refiriendo?

¿Cómo fue concebida la descripción bibliográfica?

¿Qué es la descripción bibliográfica?

¿Qué es describir un documento?

¿Cómo se llama la norma que debe utilizarse para la descripción? ¿Cuándo se publicó y por qué instituciones?

¿Cómo se llaman las ISBD que se han publicado y para que tipo de materiales se utilizan?

¿Cuál es la norma que se utiliza para describir los recursos electrónicos y en qué año se publicó?

¿Cuáles son los principios en que se basa la descripción bibliográfica?

Mencione las 8 áreas que identifica la ISBD en la descripción bibliográfica

¿Cuáles son las ventajas de utilizar las ISBD a nivel internacional?

¿Cuáles son los recursos que consideran las ISBD(ER)?

¿Cuál es la forma más simple en que las ISBDs identifican cualquier documento?

¿Qué es una referencia bibliográfica?

¿Cuál es la diferencia entre referencia bibliográfica y registro catalográfico?

¿Qué datos se encuentran en la referencia bibliográfica?

¿Qué es la referencia bibliográfica en un sentido estricto?

¿Qué contiene la descripción bibliográfica?

¿Qué son los servicios secundarios de información?

¿Cómo pueden presentarse las referencias bibliográficas?

¿Qué es una cita bibliográfica?

¿Qué referencias pueden encontrarse en internet que se refieren a una hibridación de medios?

¿Qué han hecho los organismos internacionales para buscar nuevas formas para las referencias bibliográficas?

Mencione los tipos de información que comprenden los recursos electrónicos?

¿Cómo define el documento los recursos electrónicos?

¿Cuál es la diferencia entre electrónico y digital?

¿Cómo definen las Reglas de Catalogación el recurso electrónico?

Defina fuente de información

Enumere los elementos bibliográficos

¿Qué designaciones recomienda la norma ISO 690-2 y qué tipos de material?

¿Qué aspectos se deben tener en cuenta al elaborar una cita bibliográfica de un recurso electrónico?

LA DESCRIPCIÓN BIBLIOGRÁFICA DOCUMENTAL

María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen.

http://www.hipertexto.info/documentos/descr_bib.htm

22 de agosto de 2009

En teoría se debería hablar de descripción documental y no de descripción bibliográfica, pues el término biblio- (del griego biblos "libro") ha quedado bastante obsoleto, ya que los recursos de información ya no se ofrecen únicamente en soporte papel y de forma impresa, sino que han proliferado un gran número de nuevos soportes relacionados todos ellos con la informática y las nuevas tecnologías de la información. A las monografías y publicaciones seriadas en el tradicional papel, hay que añadir hoy una serie de nuevos recursos de información tales como programas de ordenador, bases de datos, correos electrónicos, documentos web, etc; disponibles tanto en línea como fuera de ella (Cd-rom, discos ópticos de diversos tipos, disquetes, etc). Los artículos sobre temas científicos o técnicos, por ejemplo, se suelen publicar antes en Internet que en papel, o se publican únicamente en la red. A esto hay que añadir la proliferación de una serie de nuevos desarrolladores de software, controladores de comunicaciones y redes que ofrecen recursos de todo tipo. Los recursos de información están hoy, pues, estrechamente ligados con la computación, los medios electrónicos, las redes de comunicación, los sistemas administrativos y académicos en red, y datos de todo tipo. La potencialidad del hipertexto ha desplazado al libro impreso en papel, como soporte de la información.

Sin embargo, el adjetivo bibliográfico añadido a la descripción se sigue utilizando como una forma de oposición a la descripción del contenido, puesto que la descripción bibliográfica se refiere únicamente a la forma, al envoltorio del contenido intelectual y a los aspectos externos del documento. Además, la expresión se ha mantenido firme a lo largo del tiempo en parte debido a que la descripción bibliográfica fue concebida originariamente para los libros, y eso a pesar de que posteriormente la descripción se aplicara a multitud de textos impresos que no eran libros, como artículos y publicaciones seriadas, mapas, partituras musicales, etc. y se ha mantenido incluso tras la proliferación de otro tipo de soportes diferentes al papel como: discos, casetes, cintas de vídeo, etc. e, incluso, se sigue manteniendo tras la revolución del hipertexto.

La descripción documental es una operación previa a otras operaciones del análisis documental como la catalogación, la indización y la clasificación. Describir un documento es identificarlo y dar información sobre su título, soporte, tema, características externas, etc. Y es necesario que exista algún tipo de norma que fije la cantidad de información, el número y orden de elementos que deben describirse, la puntuación y signos que deben emplearse en la descripción etc. En 1974, la IFLA, apoyada por la UNESCO publicó la primera edición de la ISBD o International Standard Bibliographic Description, esto es, la norma internacional para la Descripción bibliográfica que en un primer momento nació para las monografías y cuya estructura se basó en ellas, por ser la forma documental más usada y abundante en las bibliotecas.

Sin embargo, tras la ISBD(M) pronto se vio la necesidad de crear unas reglas que fueran aplicables a la descripción de todo tipo de materiales, además de una serie de reglas para materiales concretos. Así, en 1977 se publica la ISBD(G) como normas generales, la ISBD(S) para publicaciones seriadas, la ISBD(NBM) para materiales no librarios, la ISBD(CM) para materiales cartográficos, la ISBD(PM) para música impresa, y la ISBD(A) para publicaciones monográficas antiguas.

Con el paso del tiempo, la IFLA, ha ido ampliando sus ISBD a medida que han surgido nuevos soportes y materiales no librarios. En 1988 se publicaron la ISBD(CP) para partes de una publicación y la ISBD(CF) para la descripción bibliográfica de archivos de datos legibles por ordenador. Esta última norma quedó muy pronto obsoleta por los nuevos avances tecnológicos y tuvo que actualizarse en 1997 con la ISBD (ER) para la descripción bibliográfica de recursos electrónicos. Y las normas siguen hoy en un continuo proceso de cambios, modificaciones y puestas al día. En realidad, las diferencias tanto formales como de contenido entre las diferentes ISBN son mínimas, aunque cada una cuenta con sus propios elementos específicos.

Los principios en que se basa la descripción bibliográfica son:

· La fuente de información

· La organización de la descripción

· Puntuación

· Niveles de detalle en la descripción

La ISBD identifica 8 áreas distintas en la descripción bibliográfica:

1. Área de Título y mención de responsabilidad

2. Área de Edición

3. Área de tipo de publicación (o designación específica de la clase de documento) se utiliza casi exclusivamente para la música impresa, las publicaciones seriadas y material cartográfico.

4. Área de publicación y/o distribución

5. Área de descripción física: tamaño, número de páginas, si la obra tiene ilustraciones, planos, etc.

6. Área de Serie

7. Área de Notas: informaciones adicionales que no estén incluidas en las áreas anteriores

8. Área de Número Normalizado y de las condiciones de adquisición

Así pues, las ISBD son modelos muy restrictivos que regulan los elementos que configuran la descripción bibliográfica y el orden que deben ocupar dichos elementos. Además, también fijan un código de signos de puntuación para tal descripción que favorece la comunicación internacional de información bibliográfica. Dicho código es el siguiente:

- Indica la separación entre las distintas áreas

= Indica la repetición de la misma información bajo distinta forma

[ ] Indica interpolación o que la información se ha tomado fuera de la fuente principal

... Indican la suspensión de partes de elementos

/ Indica mención de responsabilidad en relación al elemento precedente

: Indica un elemento complementario del anterior

; Indica la repetición de la misma clase de elemento

Aunque cada país redacta su propio código y sus propias reglas de catalogación, las ISBN favorecen la comunicación internacional ya que permiten intercambiar información procedente de distintas fuentes, facilitan su interpretación a pesar de las barreras lingüísticas y facilitan la conversión de esta información de manera que pueda ser leída por medio de máquinas.

Las ISBD(ER) consideran recursos electrónicos, que se pueden utilizar de forma interactiva o no, a aquellos que consisten en materiales controlados por un ordenador incluyendo los que requieren el uso de un dispositivo periférico, como por ejemplo, un lector de CD-ROM o uno de DVD-ROM.

Tantos las ISBD como el formato MARC se desarrollaron en principio para libros, y fue más tarde cuando se generalizaron para todo tipo de material bibliotecario o documental. Por su parte, la aparición de las Reglas de Catalogación Angloamericanas (AACR2) ha ido un paso más allá en la meta de una normalización universal ya que suponen, de hecho, un código de catalogación internacional. Las AACR2 representan la aplicación más detallada de los principios de catalogación basados en la aplicación de las distintas normas de la ISBD a todo tipo de material. El control bibliográfico universal para los materiales tradicionales, esto es, los no digitales, está a un paso, ya que se utiliza un formato aceptado universalmente para el intercambio de datos bibliográficos (formato MARC), una norma aceptada universalmente para la descripción bibliográfica (ISBD) y unas reglas de catalogación casi universales (AACR2), sin embargo, ¿se puede aplicar esto a los nuevos documentos digitales? ¿Es posible -y necesaria- la catalogación de los nuevos documentos hipertextuales presentes en esa enciclopedia y biblioteca universal que hoy constituye la World Wide Web?

La descripción de un recurso digital puede seguir las mismas reglas que un recurso analógico convencional: libro o revista en papel, casete, etc. y para ello las ISBDs son las mejores pautas ya que son capaces de describir cualquier tipo de documento. Lo importante es discernir el nivel de descripción preciso y necesario para las funciones que se persiguen a la hora de acceder o recuperar los recursos registrados. Las ISBDs identifican las 8 áreas o grupos de elementos en que se puede descomponer cualquier documento. Sin embargo, una forma más simple sería:

· Título

· Tipo de recurso

· Responsabilidad

· Lugar

· Editor

· Número normalizado (por ejemplo, ISSN si se trata de una publicación periódica, DOI, etc.)

· URL (u otro identificador de localización, como PURL, ya que las páginas web cambian o son modificados con frecuencia, etc.)

Aunque siempre podremos añadir elementos adicionales, e incluso reducirlos, dependiendo del nivel de detalle que precisemos. Así, Lluis Codina en El libro digital y la www, propone un modelo extendido de descripción de recursos digitales, junto con un ejemplo concreto, que ofrecería los siguientes elementos:

Modelo extendido de descripción de recursos digitales

Ejemplo de ficha descriptiva de recurso

Título

Iflanet

Tipo

Institución

Lengua

Inglés, francés

Responsabilidad

Ifla

Lugar

Holanda

Editor

Ifla

Número normalizado
(por ejemplo, ISSN si se trata de una publicación periódica)

- - -

URL

www.ifla.org

Descripción

Sede web de la International Federation of Library Association. Contiene un gran número de recursos, incluyendo documentos en texto completo relacionados sobre temas de Biblioteconomía y Documentación, así como numerosos enlaces a otras sedes web.

Clasificación

Biblioteconomía y Documentación

Descriptores

Biblioteconomía y Documentación, Bibliotecas, Catalogación, WWW, Internet, Metadatos, Normalización documental

Evaluación

3

Última revisión

Enero 2000

Fuente: Lluis Codina: El libro digital y la www.

Lo que está claro es que el nivel de detalle no puede ser el mismo para un registro catalográfico completo, por ejemplo, en una Biblioteca o Centro de Documentación, que para hacer un simple directorio de recursos accesibles en línea, todo dependerá de la función y uso que queramos ofrecer a los futuros usuarios de la información allí descrita.

Bibliografía

AACR. The Anglo American Cataloguin Rules Home Page. http://www.aacr2.org/ ALA. Anglo-american cataloging rules. 2 ed. 2002 rev. Chicago, ALA, 2002.

ALA/ALCTS. Committee on Cataloging: Description & Access. http://www.libraries.psu.edu/tas/jca/ccda/

CODINA, Lluis. El libro digital y la www. Madrid, Tauro, 2000. [Volver]

GARCÍA CAMARERO, Ernesto. GARCÍA MELERO, Luis Ángel. La Biblioteca digital. Madrid, Arco/Libros, 2001.

IFLA/IFLANET. A Family of ISBDs. http://www.ifla.org/VI/3/nd1/isbdlist.htm

IFLA/IFLANET. ISBD (G): General International Standard Bibliographic Description. Annot Text. Rev. Edition. http://www.ifla.org/VII/s13/pubs/isbdg.htm

IFLA/IFLANET. ISBD(ER) InternationalStandar Bibliographic Description for Electronic Resources. http://www.ifla.org/VII/s13/pubs/isbd.htm

LÓPEZ YEPES, José (coord.) Manual de Ciencias de la Documentación. Madrid, Pirámide, 2002.

MARTÍNEZ CONDE, María Luisa. "Recursos electrónicos". En: Los materiales especiales en las bibliotecas (coor, y dir. por Carmen Díez Carrera). Gijón, Trea, 1998.

OCLC. Guidelines for Bibliographic Description of Internet Resources. http://www.oclc.org/support/documentation/worldcat/cataloging/internetguide/2/2.htm

¿CÓMO CITAR RECURSOS ELECTRÓNICOS?

María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen.

http://www.hipertexto.info/documentos/citar_elec.htm

22 de agosto de 2009

Una referencia bibliográfica es el conjunto de elementos suficientemente precisos y detallados para facilitar la identificación de una publicación o parte de ella. Tradicionalmente no era lo mismo hablar de referencia bibliográfica que de registro catalográfico. La referencia se relacionaba con la existencia y el registro con la pertenencia, esto es, una referencia informaba de la existencia de una obra, mientras que un registro catalográfico indicaba, además, dónde podía ser localizada la obra, ya que generalmente en el catálogo de una biblioteca o centro de documentación sólo registraba sus propios fondos para poder acceder a ellos de forma física.

Entre la catalogación tradicional y la actual, parece haberse establecido una pugna entre la propiedad y el acceso ya que, mientras algunos modelos dan preeminencia a la propiedad (y por ello, informan de dónde esta el recurso para poder acceder al soporte material), los formatos electrónicos favorecen que se dé prioridad al acceso pues, al estar accesibles en línea, no importa mucho quién sea el propietario, sino en qué lugar del ciberespacio se localiza el recurso para poder acceder a él de forma directa .

Sin embargo, cada vez es más corriente hablar de referencia bibliográfica en el segundo sentido, abarcando un concepto más amplio, ya que en una referencia bibliográfica encontramos todos los datos necesarios para identificar y localizar un documento sea del tipo que sea: el autor, la fecha de publicación, el título, dónde y quién lo editó, su dirección electrónica en el caso de ser un documento en línea, etc.

En un sentido estricto, se puede considerar a la referencia bibliográfica como el producto final de la suma de operaciones del análisis documental. La referencia bibliográfica contiene la descripción bibliográfica del documento, símbolos de clasificación y/o indización de su contenido, un resumen y, eventualmente, otras informaciones. No en vano, tradicionalmente son los servicios secundarios de información: los servicios de análisis y los productores de bases de datos, los encargados de esta labor técnica que tiene como fin elaborar referencias bibliográficas para informar a los lectores o usuarios de la existencia de los documentos pertinentes, de manera que se pueda valorar su importancia y se pueda acceder a ellos.

Las referencias bibliográficas pueden presentarse de diferentes formas:

* Formando parte de una lista bibliográfica ya sea en forma de índices o mostrando un mayor nivel de análisis

* Formando parte de una base de datos

* Encabezando un análisis o resumen

* En forma de nota anexa a un texto (nota a pie de página o notas al final del texto)

* Dividida en dos partes: una de ellas formando parte del propio cuerpo de un texto, y la otra en una nota

* Hallándose incluida completamente dentro del texto

Las tres últimas formas de aparición de referencias bibliográficas es lo que comúnmente se conoce como cita bibliográfica. Las citas son, pues, un tipo de referencia bibliográfica para representar e identificar una obra concreta.

Hoy, Internet agrupa y atesora un gran conjunto de información que permite a sus usuarios acceder a documentos y recursos de todo tipo (texto, imagen, sonido). Por este hecho, en los trabajos que aparecen en Internet, en medio de las tradicionales referencias bibliográficas referidas a libros, artículos de revistas, etc. podemos encontrar una serie de referencias que provienen de la propia Internet y que se refieren a una completa hibridación de medios: archivos de texto en múltiples formatos electrónicos, vídeos, grabaciones sonoras y audiovisuales, programas informáticos y datos de todo tipo. Esta hibridación ha hecho necesaria alguna forma de normalización para dotar a las referencias bibliográfica y no bibliográficas de cierta coherencia y uniformidad, tengan el soporte o el formato de archivo que tengan y se localicen de una u otra manera. Y, aunque muchas de sus características son comunes, otras son específicas de los nuevos recursos digitales y por ello ha sido necesario establecer una serie de normas o disposiciones específicas para identificar y describir los nuevos recursos electrónicos.

La proliferación de información y el aumento constante de documentos científicos y técnicos tanto en Internet como en Intranets, impulsó a muchos documentalistas, investigadores y expertos en referencias y citaciones bibliográficas, a intentar buscar nuevas formas para las referencias bibliográficas que reflejaran los nuevos tipos de fuentes de información, de la misma manera que se venía efectuando con los documentos impresos convencionales.

Organismos como la ISO se han visto obligados a ampliar sus normas sobre Referencias bibliográficas: contenido, forma y estructura (ISO 690/1987) con una norma complementaria referida a los documentos electrónicos (ISO 690-2/1997). Por su parte, instituciones como la Modern Language Asociation (MLA), las Universidad de Oxford y de Chicago, la American Pshycological Asociation (APA) introdujeron la forma de tratar los recursos electrónicos en sus particulares estilos de citación bibliográfica. Y también hay numerosas propuestas por parte de otras personas e instituciones con el fin de lograr una armonización en las citas. En España, la primera propuesta de normalización para la citación de documentos electrónicos, fue la elaborada por Assumpció Estivill y Cristóbal Urbano, de la Escuela de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Barcelona, que en 1997 publican ¿Cómo citar documentos electrónicos?, y establecen las primeras pautas para el castellano. Unos años más tarde, Estivill y Urbano presentan su propuesta en las VI Jornadas Españolas de Documentación y, desde entonces, las bibliotecas y universidades han hecho nuevos intentos para la normalización.

Algunos autores como Bonifacio Martín Galán y Eva Méndez Rodríguez en Citas y notas en documentos HTML: Una propuesta de organización y acceso, aprovechando las ventajas de que proporciona la escritura hipertextual, proponen el uso de dos marcos o frames para reflejar las citas bibliográficas de un texto, una para el documento principal y otra para las notas, incluyendo las URL de acceso a los documentos fuentes. Sin embargo, el uso de los marcos trae algunos problemas tanto referentes a la lectura del texto, como a la impresión. Los marcos quitan espacio a la pantalla, entorpecen una buena navegación por los contenidos y limitan la movilidad del usuario por la web. Además, como para crearlos se utilizan scripts, algunos navegadores no los soportan, por lo que la página no será totalmente accesible. Para solventar estos problemas, otros autores utilizan ventanas emergentes que se superponen a la ventana principal (pop-ups) para que se puedan visualizar de forma superpuesta tanto el texto general como la cita o nota.

De cualquier forma, sea cual sea el modelo elegido y su presentación, a la hora de citar recursos electrónicos, hay que tener en cuenta diferentes aspectos que ya han sido recogidos por la norma ISO-690-2 (1997).

Los recursos electrónicos comprenden 3 tipos diferentes de información:

* datos: información que adopta la forma de números, letras, símbolos, imágenes, sonidos, o una combinación de ellos

* programas: instrucciones o rutinas (códigos informáticos) que sirven para determinadas funciones, entre las cuales está la manipulación de datos

* datos y programas: combinación de los dos anteriores (por ejemplo, para un servicio en línea o para un multimedia interactivo)

Los recursos electrónicos son aquellos documentos (archivos) que para ser leídos (los datos) o para ser usados (programas) precisan de un ordenador y de una unidad periférica adjunta (pantalla, lector de CD-ROM, conexión a redes, etc.)

La gran división entre los recursos electrónicos se ha establecido entre:

* recursos locales (aquellos que están físicamente disponibles)

* recursos remotos (aquellos que no están físicamente disponibles).

Electrónico no es sinónimo de digital. La tecnología electrónica trata la información de forma analógica cuando se utilizan aparatos para su lectura o reproducción. El epíteto digital se utiliza para referirse a la modalidad de tratamiento y de registro de la información, y es independiente del medio que produce o por el que se accede a esa información. Por el contrario, el epíteto electrónico pone el énfasis en el modo de acceso al documento, más que en la morfología del archivo en sí mismo, que es digital.

Así pues, un recurso electrónico es tanto un programa, como una base de datos, un servicio en línea, un multimedia interactivo, etc.

Las Reglas de Catalogación definen un recurso electrónico como material (datos y/o programas) codificado para ser manipulado por un dispositivo de procesamiento (ordenador, terminal o estación de trabajo, portátil, lector de libro electrónico, aparatos para Internet, etc). Y la fuente principal de información es el recurso mismo (completo), no el título de la pantalla, aunque se permite información de cualquier elemento identificador formalmente presentado dentro del recurso mismo (lo que incluye tanto el título de la pantalla, como el menú principal, menciones del programa, visualización inicial de la información, página principal, el archivo principal que incluye el contenido, metadatos codificados, encabezamientos TEI, metaetiquetas HTML o XML y el medio físico o sus etiquetas informativas ).

CONCEPTOS Y CONVENCIONES BIBLIOGRÁFICAS GENERALES

* Fuente de información

* Lengua de referencia

* Uso de mayúsculas/minúsculas

* El documento completo y sus elementos bibliográficos

* Monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

* Partes de monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

* Colaboraciones en monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

* Descripción de los elementos bibliográficos

* Responsable principal

* Título

* Tipo de soporte

* Edición

* Designación de los números (publicaciones seriadas)

* Lugar de edición y editor

* Fecha de publicación y/o actualización

* Partes de obras y contribuciones

* Disponibilidad y acceso (documentos en línea)

* Fecha de consulta (documentos en línea)

* Número normalizado

Notas

* Fuente de información:

La fuente principal de información de donde se obtienen los elementos bibliográficos para elaborar la referencia es el documento mismo y, especialmente, la pantalla inicial donde se visualiza el recurso. Si en la pantalla no figura ningún título, se anotará el título que figura en la cabecera (head) del documento en formato HTML.

Lengua de las referencia:

Todos los elementos textuales de la referencia van en la lengua del documento, excepto el tipo de soporte, la descripción física, las notas y el texto que en ocasiones acompaña al elemento "disponibilidad y acceso".

Uso de mayúsculas/minúsculas:

Se respetará el criterio de la lengua en la la cual se anota la información bibliográfica.

EL DOCUMENTO COMPLETO Y SUS ELEMENTOS BIBLIOGRÁFICOS:

Según la norma ISO-690-2, los elementos bibliográficos para documentos electrónicos son los siguientes:

Monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

Ejemplos:

* Responsabilidad principal (obligatorio)

* Título (obligatorio)

* Tipo de soporte (obligatorio)

* Responsabilidad secundaria (opcional)

* Edición (obligatorio)

* Lugar de publicación (obligatorio)

* Editorial (obligatorio)

* Fecha de edición (obligatorio)

* Fecha de actualización/revisión (obligatorio)

* Fecha de la cita (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Serie (opcional)

* Notas (opcional)

* Disponibilidad y acceso (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Número normalizado (obligatorio)

-CARROLL, Lewis. Alice's Adventures in Wonderland [en línea]. Texinfo ed. 2.1. [Dortmund, Germany] : WindSpiel, noviembre 1994 [citado 10 febrero 1995]. Disponible en World Wide Web: http://www.germany.eu.net/books/carroll/ alice.html>. También disponible en Internet en versiones PostScript y ASCII: .

-Meeting Agenda [en línea]. Gif-sur-Yvette (France) : Centre d'Etudes NuclÚaires, Saclay Service de Documentation, March 1991- [citado 30 septiembre 1992]. Actualización bimensual. Formato ASCII. Disponible a través de QUESTEL.

-Kirk-Othmer Encyclopedia of Chemical Technology [en línea]. 3rd ed. New York : John Wiley, 1984 [citado 3 enero 1990]. Disponible a través de: DIALOG Information Services, Palo Alto (Calif.).

-AXWORTHY, Glenn. Where in the World is Carmen Sandiego? [disquete ]. Versión para IBM/Tandy. San Rafael (Calif.) : Broderbund Software, 1985. 1 disquete; 5 1/4 pulg. Acompañado de: 1986 World Almanac and Book of Facts. Requisitos del sistema: IBM/Tandy compatibles; 128 kB RAM; MS DOS 2.0, 3.0 serie; se necesita adaptador gráfico. Diseñadores: Gene Portwood and Lauren Elliott.

Partes de Monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

Ejemplos

* Responsabilidad principal del documento base (obligatorio)

* Título del documento base (obligatorio)

* Tipo de soporte (obligatorio)

* Responsabilidad secundaria del documento base (opcional)

* Edición (obligatorio)

* Lugar de publicación (obligatorio)

* Editorial (obligatorio)

* Fecha de publicación (obligatorio)

* Fecha de actualización/revisión (obligatorio)

* Fecha de la cita (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Capítulo o designación equivalente (de la parte) (obligatorio)

* Título de la parte (obligatorio)

* Numeración dentro del documento base (opcional)

* Localización dentro del documento base (obligatorio)

* Notas (opcional)

* Disponibilidad y acceso (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Número normalizado (opcional)

-ICC British Company Financial Datasheets [en línea]. Hampton (Middlesex, U.K.) : ICC Online, 1992, actualizado 3 marzo 1992 [citado 11 marzo 1992]. Robert Maxwell Group PLC. Nº de accceso 01209277. Disponible a través de: DIALOG Information Services, Palo Alto (Calif.).

-CARROLL, Lewis. Alice's Adventures in Wonderland [en línea]. Texinfo. ed. 2.2. [Dortmund, Alemania] : WindSpiel, noviembre 1994 [citado 30 marzo 1995]. Chapter VII. A Mad Tea-Party. Disponible en World Wide Web: .

Colaboraciones en Monografías electrónicas, bases de datos y programas de ordenador

Ejemplos

* Responsabilidad principal (de la colaboración) (obligatorio)

* Título (de la colaboración) (obligatorio)

* Responsabilidad principal del documento base (obligatorio)

* Título del documento base (obligatorio)

* Tipo de soporte (obligatorio)

* Edición (obligatorio)

* Lugar de publicación (obligatorio)

* Editorial (obligatorio)

* Fecha de publicación (obligatorio)

* Fecha de actualización/revisión (obligatorio)

* Fecha de la cita (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Numeración dentro del documento base (opcional)

* Localización dentro del documento base (obligatorio)

* Notas (opcional)

* Disponibilidad y acceso (obligatorio para documentos en línea; opcional para los demás)

* Número normalizado (opcional)

-Belle de Jour. En Magill's Survey of Cinema [en línea]. Pasadena (Calif.) : Salem Press, 1985- [citado 1994-08-04]. Nº. Acceso no. 0050053. Disponible a través de: DIALOG Information Services, Palo Alto (Calif.).

-MCCONNELL, WH. Constitutional History. En The Canadian Encyclopedia [CD-ROM]. Versión Macintosh 1.1. Toronto : McClelland & Stewart, 1993. ISBN 0-7710-1932-7.

DESCRIPCIÓN DE LOS ELEMENTOS BIBLIOGRÁFICOS:

Responsable principal

Es la persona o personas autoras del contenido intelectual o artístico de un recurso. También lo son las entidades cuando el contenido del recurso refleja su actividad colectiva o su pensamiento o cuando los recursos son de naturaleza administrativa. Cuando no hay un responsable principal o cuando el recurso incluye documentos de diversa procedencia, el primer elemento de la referencia será el título.

Título

El título da nombre al recurso electrónico, debe obtenerse de la pantalla inicial o, en su defecto, se obtiene del soporte físico, de la documentación escrita o del envoltorio. En los recursos web, cuando en la pantalla inicial no hay un título significativo destacado, se anota el título que figura en la cabecera (head) del recurso en formato HTML. En los mensajes electrónicos el título lo constituye el texto de la línea "Asunto" o "Subject" del mensaje. Cuando el recurso no tiene título, se anota un título breve y descriptivo de su contenido, entre corchetes. En el elemento título se puede incluir un subtítulo precedido de dos puntos.

Tipo de soporte

La ISO 690-2 recomienda cuatro designaciones generales que son: en línea, cd-rom, cinta magnética y disco; pero también es posible concretar estas designaciones con el tipo de material en los términos siguientes:

* web en línea

* boletín electrónico en línea

* libro en línea

* documento en línea

* documento PDF

* texto en CD-ROM

* base de datos en línea,

* publicación seriada en línea

* foro de discusión en línea

* correo electrónico de lista de distribución

* programa informático en disquete

* base de datos en CD-ROM

* base de datos en cinta magnética, etc.

Edición

Este elemento contiene información que hace referencia a una edición nueva, revisada o actualizada o a una versión del recurso. Las palabras edición, revisión, versión, etc., pueden abreviarse (ed., rev., ver.)

Designación de los números (publicaciones seriadas)

Designación numérica y/o cronológica del primer número de la publicación seriada. Cuando la revista ha dejado de publicarse, también se anota la designación del último número.

Lugar de edición y editor

Localidad donde se publica y/o distribuye el recurso y el nombre del editor y/o distribuidor. Estos elementos hacen referencia a los datos contenidos en el producto y no al software usado para recuperarlos o visualizarlos. En los recursos publicados en Internet u otras redes no siempre es fácil deducir los datos de publicación, cuando no son evidentes no se anotan en la referencia ni se señala su ausencia.

Fecha de publicación y/o actualización

Siempre que sea posible se anota la fecha de publicación tal y como figura en el recurso, por ejemplo 25 Jul. 2002.

Si se sabe la fecha de publicación y el recurso se actualiza con frecuencia, la fecha se puede dejar abierta, por ejemplo: 1995-, a no ser que se cite una versión concreta del recurso. En este último caso, se pueden citar las dos fechas, la de actualización irá precedida del término "actualización" o similar, por ejemplo: 2001, actualización 27 sep 2002. Si la única fecha que consta en el recurso es la de la última revisión/actualización se anota esta fecha en lugar de la publicación, por ejemplo: 25 May. 2002. En el caso de los recursos en línea, si no consta la fecha de publicación ni la de actualización, se anota únicamente la fecha de consulta a continuación del URL.

Partes de obras y contribuciones

En las referencias a una parte de un texto electrónico, los datos concretos de la parte (su designación y título), la numeración y localización de la parte dentro del documento fuente, van a continuación de los datos bibliográficos del documento fuente y antes de las notas.

Por el contrario, en el caso de referencias a contribuciones independientes en textos y publicaciones seriadas electrónicos, los datos de la contribución (responsable, título) son los elementos iniciales de la referencia y deben estar tipográficamente diferenciados del documento fuente. En las contribuciones, los datos del documento fuente van precedidos de: "En:". La numeración y localización de la contribución dentro del documento fuente se anota después de los datos bibliográficos de éste último.

Disponibilidad y acceso (documentos en línea)

Este elemento permitirá localizar el recurso citado. La localización se puede limitar al URL del recurso, pero la recomendación es anotar la dirección electrónica completa entre ángulos precedida por "Disponibilidad:" o "Disponible:"

El URL se debe anotar respetando las mayúsculas y minúsculas que figuren en la dirección, así como los signos no alfabéticos o no numéricos. Si hay que partir alguna dirección se recomienda hacerlo después de una barra inclinada, sin que en ningún caso se use el guión para señalar la división. Se sugiere que se utilicen expresiones para cada tipo de protocolos de acceso a a red:

* Hipertexto (páginas web): Disponible desde Internet en: (Protocolo HTTP)

* Correo electrónico de lista de distribución: Disponible desde Internet en: (únicamente si la lista mantiene un historial con todos los archivos).

* FTP: a) Disponible desde Internet vía FTP anónimo en: <ftp://borg.lib.vt.edu>
b) Disponible desde Internet vía FTP en: (para el caso de que se requiera contraseña para acceder)

* GOPHER: Disponible desde Internet en: (protocolo actualmente en desuso)

* Telnet: Disponible desde Internet en: <telnet://brsuser@a.cni.org>

* Grupos de noticias: Disponible desde USENET (Protocolo NNTP)

Fecha de consulta (documentos en línea)

Debido a inestabilidad de los recursos electrónicos en línea que se modifican y actualizan constantemente, y también debido a la frecuente ausencia de fechas de publicación, revisión o actualización, la única fórmula precisa para hacer referencia a su contenido -que quizás ya no existe- es mediante la fecha en que se ha efectuado la consulta. Esta fecha se anota en forma abreviada entre corchetes y precedida de la palabra "Fecha de consulta:".

Número normalizado

Este elemento es opcional. Además, del ISBN y el ISSN también se pueden anotar otros números alternativos que constan en el recurso, como números de informes.

Notas

Las notas son opcionales. Se recomienda anotar los datos siguientes: la periodicidad de las publicaciones en serie electrónicas, los datos de publicación de la edición impresa que es reproducida en un texto electrónico; el tipo de material, cuando no se trata de un texto electrónico y no se puede deducir de la información bibliográfica anotada, por ejemplo: base de datos, programa informático.

METODOLOGÍA DE ELABORACIÓN DE CITAS BIBLIOGRÁFICAS

A la hora de elaborar las citas y referencias bibliográficas hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

* Seleccionar el tipo de recurso que se va a citar

* Analizar las características del recurso y los datos de que disponemos

* Elegir el modelo o estilo de citación que más se ajuste a nuestras necesidades

* Si es un documento en línea, definir con claridad el tipo de aplicación de Internet de que se trate (www, ftp, gopher, e-mail, etc.)

* Identificar el tipo de documento al que pertenece el recurso (monografía, publicación periódica, capítulo, artículo, contribución, etc.)

* Aplicar las normas de citación del estilo bibliográfico elegido.

* Todas las citas y referencias que aparezcan en un mismo trabajo deben seguir el mismo estilo y guardar uniformidad en la presentación.

Bibliografía

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